Zona arqueológica El Meco tendrá nuevamente acceso a la playa

La zona arqueológica El Meco, ubicada en los límites de los municipios Isla Mujeres y Benito Juárez, que quedó separada de la costa por una carretera, se reunificará para que tenga una salida a la playa, dio a conocer Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En la conferencia de prensa mañanera de este jueves, el titular del INAH dio a conocer los avances del salvamento arqueológico en la ruta del Tren Maya, además del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), el cual incluye a El Meco, al que calificó como “un sitio arqueológico muy interesante, pequeño pero muy hermoso”, demostrando que tambien hay zonas arqueologicas enclavadas en áreas urbanas.

El Meco es un antiguo puerto maya que tuvo su origen en el siglo III de nuestra era como un pequeño asentamiento de pescadores que más adelante fue abandonado y vuelto a ocupar hacia el siglo XI, cuando se dio un importante arribo de pobladores provenientes del interior de la Península de Yucatán, conformando un importante centro de comunicación marítima que tuvo su esplendor entre los siglos XII y XV de nuestra era.

Se presume que su nombre original pudo ser Beel`ma o Beel`maan, que puede interpretarse como canal de comercio o falso canal en referencia a la franja de mar que media entre este puerto continental e Isla Mujeres, ubicada a escasos kilómetros al oriente del sitio. Desde principios del siglo XX recibió el nombre de El Meco en alusión al apodo que tenía un vecino de la zona.

Por su ubicación fue un centro nodal para el comercio marítimo desarrollado por los antiguos mayas de la bahía de Isla Mujeres, manteniendo vínculos con Tulum, Muyil y Cobá, lo que hizo que El Meco deviniera en una ciudad próspera.

Su arquitectura no es tan majestuosa como la de otras urbes, pero denota delicadeza en sus acabados, destreza en la construcción de sus edificios y cuidado en su estilo y elementos decorativos. No obstante su reducida escala, la ciudad contenía espacios singulares, como la plaza A, conjunto residencial con varios edificios de usos civiles religiosos y de habitación para las élites, ya fuesen gobernantes, nobles o sacerdotes. 

Entre los vestigios ha sido posible encontrar pequeños espacios o altares para ofrendas, entierros y rituales. Entre las estructuras que lograron sobrevivir al embate del tiempo se encuentra la plaza cívica y ceremonial donde se yergue El Castillo, el edificio más alto en la región con 12.5 metros de altura, que se cree era centro de peregrinaje y punto de vigía hacia la región de Cancún e Isla Mujeres.

El sitio fue documentado por primera vez por Augustus y Alice Le Plongeon, en 1877, y después por Teoberto Maler, en 1891, quien describió las cabezas de serpiente ubicadas en las alfardas. A principios del siglo XX El Castillo fue encalado y usado como lindero; en ese tiempo algunos sujetos lo dinamitaron para obtener piedra para construcción, lo que dejó al descubierto las etapas constructivas de este icónico edificio, que a semejanza de los edificios de Tulum, corresponde al estilo Costa Oriental.

“En los años 60 del siglo pasado el sitio fue cortado en dos por la carretera que une Puerto Juárez con Punta Sam, pero ahora gracias al Promesa se plantea volver a unir la zona monumental con la franja costera, de modo tal que se convierta en un destino que combine la zona arqueológica con el atractivo de la playa, para ofrecer al viajero la experiencia de un sitio arqueológico conectado directamente al mar, de cara a Isla Mujeres, abriendo nuevas áreas de investigación y de visita a este sitio de la costa maya del Caribe”, dio a conocer el INAH.

Diego Prieto informó que a la fecha se cuenta con el visto bueno de obra al 100 por ciento para los tramos 1 al 5 (Palenque a Tulum) y en el 7 (Chetumal a Escárcega) del Tren Maya, mientras que en el tramo 6 (Tulum a Chetumal) tiene 98.52 por ciento de avance. Éste concentra monumentos de cierta relevancia que tienen que salvaguardarse.

Actualmente los trabajos se concentran en obras complementarias y en reductos del tramo 6. Se realiza el “estudio, recuperación y difusión del inmenso patrimonio arqueológico que se encuentra en los estados por los que cruza la ruta del Tren Maya”, que permiten determinar los sistemas de intercambio, corrientes migratorias y sistemas estilísticos en estas zonas donde “floreció y sigue en desarrollo la gran nación maya”.

De acuerdo con el director del INAH, al 6 de junio de 2023 se han registrado y preservado 53 mil 385 bienes inmuebles, mil 840 bienes muebles, un millón 97 mil 664 fragmentos de cerámica, 760 vasijas y 586 osamentas recuperados, asociados a mil 340 rasgos naturales. En las labores han participado cientos de jóvenes profesionistas en áreas de la arqueología que ahora pasarán a reforzar las tareas de mejoramiento de los vestigios.

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